Celebrando “un importante avance” a través de su cuenta de Twitter, el ministro de Agricultura francés, Julien Denormandie, aseguró que los animales de compañía no son “ni juguetes, ni bienes, ni productos de consumo”.
El proyecto también vendría a endurecer las penas por maltrato y abandono, en un país donde se botan unas 100.000 mascotas al año y donde uno de cada dos franceses posee un animal de compañía.
Para esto, se estableció que el hecho de matar voluntariamente a una mascota pasará a ser considerado un delito y no una simple infracción. Mientras que los condenados por malos tratos deberán asistir a un curso de sensibilización.
De la misma manera, los futuros dueños de los animales deberán obtener un “certificado de compromiso y de conocimiento”, para evitar así las compras compulsivas.
Sin embargo, algunos consideraron insuficiente la ley. “Queda mucho por hacer, especialmente contra la ganadería industrial”, lamentó el senador ecologista Daniel Salmon.
Las medidas en torno a la venta de crías de perros y gatos comenzarán a regir desde el 1 de enero de 2024, día desde que estas mascotas no podrán disponerse en las tiendas ni exponerse en las vitrinas, con regulaciones en su venta online.